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Heroico rescate

El sargento del Ejército Fabio González arriesgó su vida para salvar a un lugareño de Chaco afectado por las inundaciones.





Fabio González, sargento del Ejército Argentino, protagonizó un heroico rescate en la zona de Mesón de Fierro, próximo a Charata, Chaco, cuando un lugareño que se encontraba pescando a la orilla del arroyo Belich, y tras haber caído a las aguas del mismo, se estaba ahogando.

Esta situación se dio en el marco de las graves inundaciones que sufre el Norte argentino y que castiga principalmente al centro y sur de la provincia del Chaco (ver más información en página 18). El video del rescate fue rápidamente viralizado en las redes sociales.

Ese día a las cinco de la tarde, este suboficial del Ejército Argentino, que revista en la Compañía de Ingenieros de Monte 3 en Corrientes, y que se desempeña como conductor motorista, dentro de las misiones asignadas en el despliegue de apoyo a la comunidad, se dirigía en su camión Mercedes Benz 2624 hacia la zona de Mesón de Fierro donde, vehículos militares y tractores se encuentran socorriendo y evacuando a las familias afectadas por las intensas lluvias que azotan desde hace semanas a la provincia de Chaco hacia el centro de evacuados ubicado en la localidad de Charata.

En su relato, el sargento González narró: "Cuando me acerqué al puente veía una buena cantidad de personas, bajé la velocidad del camión, miré por la ventanilla del acompañante, y veo en la correntada, la cabeza de una persona que estaba en el agua ahogándose, casi ni luchando por la fuerza que tenía el agua, me bajé del camión, me acerqué al puente y ya el río se lo estaba llevando bien lejos", comentó a radio FM Soldados.

Allí el sargento, sin pensarlo dos veces, miró para el costado y empezó a correr, siguiendo a la persona que luchaba por su vida. Lo trató de pasar en velocidad aguas abajo, calculando la correntada del agua. Llegó un momento donde calculó que lo había superado y se arrojó al agua:

"Creo que en todo lo que pasó tuve dos momentos de lucidez: uno cuando iba corriendo y pensé que iba con los borceguíes de combate y sobre eso un equipo de protección para el agua, por lo cual decidí sacarme la campera. Pensé luego que debajo del pantalón tenía los tiradores del pantalón y eso estando en el agua me podía atracar con una rama, un árbol, lo que sea y me iba a ahogar, por lo cual decidí seguir con la campera. El otro momento de lucidez fue cuando entré al río y en un momento cuando me metí al canal y ya era muy hondo, primero pensé que hacía ahí, traté de bloquear ese pensamiento, ya a esa altura no hacía pie. Le saqué ventaja a esta persona, que ya no se la veía, ya no flotaba y pensé que estaba muerta, que ya no estaba vivo", detalló González.

EL RESCATE

Su idea era que el cuerpo no lo pase, porque según él no lo iban a poder encontrar más. "Cuándo logré alcanzarlo mi primera reacción fue sumergirme, metí la mano y lo agarré desde la espalda, del buzo que tenía y lo levanté, lo di vuelta y tenía los labios morados, casi negros y ya no respiraba, ya estaba del otro lado. Yo tenía todo un equipo que es muy pesado en el agua. La correntada era impresionante, arrastraba todo. Vi esa situación y mientras el agua nos arrastraba me di cuenta que me tenía que poner detrás de él, como sentado y le apretaba la boca del estómago con toda mi fuerza para que vaya expulsando parte del agua que había tragado mientras se ahogaba. Le gritaba, tratando que despierte y no había reacción. Le daba palmadas para ver si había respuesta y nada. Ahí fue cuando le hice respiración boca a boca, y en el medio de la adrenalina ahora me doy cuenta que hice posible algo que era imposible, que era salvarlo en esas circunstancias adversas. Gracias a la respiración boca a boca empezó a respirar y ahí traté de llegar a la costa, donde otro chico se metió también y me ayudó a sacarlo. Si él no entraba a ayudar no sé si yo hubiese salido", relató González con crudeza de detalles.

Gracias al sargento esta persona ya respiraba pero no tenía fuerzas, así que la ayuda de la otra persona que aparece en el video de la municipalidad le vino muy bien.

Cuando el sargento González hizo pie y ya estaba en un lugar firme recordó: "Lo tenía que sostener a él también y no me respondía el cuerpo, lo único que hacía su cuerpo era respirar, era una masa inerte. En el video se ve que cuando llegamos a la orilla no tenía fuerza para caminar, qué a propósito de esto no supe de la existencia del video hasta hace muy pocas horas".

"TENGO CULPA"

En este sentido agregó: "Yo estoy casado, tengo dos hijos y hasta hoy que pasaron casi dos días tengo culpa por que amo mis hijos, tengo una familia hermosa, no me permito enfermarme para estar a su disposición y sentí culpa porque cuando me metí al agua no pensé en ellos y en lo que les podría haber pasado si me pasaba algo. Mis hijos quieren un papá y mi mujer un esposo, no quieren un héroe".

Cuando lo ayudaron a pararse una vez en tierra, caminó hacia el camión que conducía y junto a su soldado acompañante siguió viaje. A la una de la mañana, rescató a otra familia que se encontraba desamparada por la inundación, y comenta que todavía seguía todo mojado.

A la vuelta del recorrido, pasó por el mismo lugar en donde había rescatado al hombre de las aguas, vio la correntada y manifestó: "Tuve miedo y recién ahí tomé dimensión del riesgo al que me había expuesto".

González manifestó que es oriundo de Rosario pero criado en la ciudad natal de su madre Perugorria, provincia de Corrientes, de donde heredó su acento litoraleño. En el año 2002 ingresó al Ejército Argentino en la escuela de Comunicaciones que en ese momento estaba emplazada en la ciudad correntina de Mercedes y a fines del 2013 cambio su destino a la Base de Apoyo Logístico "Curuzú Cuatia", donde finalmente decidió incorporarse como personal permanente de la fuerza y realizó el Curso de conductor motorista en la Escuela de Suboficiales del Ejército y finalmente egresó como cabo siendo destinado al Regimiento de Caballería de tanques 7 en Chajari, Entre Ríos, para luego continuar sus servicios en su actual destino, la Compañía de Ingenieros de Monte 3 en Corrientes capital.

LA MISION DE AYUDAR

El sargento González está casado y posee 2 hijos, el menor de ellos de tan solo 45 días. Al momento de su despliegue en la zona en de Charata, la vivienda particular de González se encontraba inundada, debiendo dejar a su esposa e hijos al cuidado de otros familiares para poder cumplir con la misión de dar apoyo a la comunidad en el marco de las operaciones que realiza el Ejército Argentino.

Por último el sargento concluyó: "Creo que los que estamos en esta profesión hace tantos años, yo por ejemplo la amo, la familia se acostumbra y te apoya, porque siempre es incondicional. Es muy difícil levantarte en el alba, con tu casa inundada, que suene tu teléfono y que te tengas que ir, dejar nuestras vidas de lado para ir en ayuda de aquellos que más lo necesitan, que están quizás mejor o peor que nosotros, pero para elegir nuestra profesión uno tiene que tener vocación, porque si no, no podés estar acá, y la familia te tiene que apoyar".

FUENTE: LA PRENSA
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